«Fuerza, habilidad y determinación»: Inspirar a la próxima generación de veterinarias

¿Qué te inspiró a estudiar medicina veterinaria en Bolivia?

El amor y la felicidad que sentía al estar en contacto con cualquier animal me inspiraron a marcar la diferencia. Decidí cumplir mi sueño de estudiar medicina veterinaria, y eso me llevó a vivir algunas de las experiencias más increíbles de mi vida. Ser parte del proceso de recuperación de un animal es un privilegio profundo. Cuidar de cada uno de ellos, sin excepción, es lo que nos define como veterinarios.

¿Cuál ha sido una de tus experiencias más memorables como veterinaria?

Uno de los momentos más memorables fue participar en una campaña de desparasitación y vitaminización de ganado. Al principio, algunos colegas dudaban de mi capacidad por el simple hecho de ser mujer. Pero insistí en participar en el trabajo de campo, y demostré mi habilidad. Fue un momento muy importante para mí, porque reafirmó que la dedicación y la competencia valen más que los prejuicios.

¿Has enfrentado desafíos únicos por ser mujer en tu carrera como veterinaria?

Sin duda. Uno de los principales desafíos ha sido el sesgo de género, sobre todo en lo que respecta a oportunidades de liderazgo. En Bolivia, como en muchos otros lugares, las mujeres jóvenes enfrentan muchas dificultades para iniciarse en la profesión. Al principio de mi carrera, solo me asignaban tareas administrativas. Cuando finalmente pude salir al campo, encontré desconfianza por parte de los propietarios de animales—sobre todo hombres—que ponían en duda mis capacidades. Algunos incluso me miraban mal o me criticaban por tocar a los animales.

Al principio, eso me hizo sentir insegura. Pero no me detuve. Con el tiempo, al ver la calidad de mi trabajo, cambiaron su percepción—y yo también recuperé mi confianza. Aprendí que no debía rendirme y que nadie puede romper la confianza que tengo en mí misma.

¿Qué barreras enfrentan las mujeres al ingresar a la medicina veterinaria en Bolivia y cómo pueden superarlas?

Los prejuicios de género siguen estando profundamente arraigados en nuestra sociedad. A menudo se espera que las mujeres tengan muchos años de experiencia antes de que se les confíen responsabilidades importantes. Esta desconfianza inicial dificulta que ganen experiencia, lo que a su vez limita sus oportunidades.

Aun así, muchas mujeres han logrado sobresalir creando sus propios caminos: abriendo clínicas o emprendiendo por su cuenta. Esta autonomía les permite demostrar sus capacidades. Sin embargo, estos obstáculos no deben normalizarse. Es fundamental que las mujeres mantengan una mentalidad fuerte, aprovechen sus conocimientos y persistan con determinación. Tenemos la misma capacidad de ofrecer resultados y liderar que cualquier otra persona.

¿Cómo crees que el campo veterinario podría apoyar mejor a las mujeres en el futuro?

Para lograr la equidad, es fundamental brindar más oportunidades a las jóvenes veterinarias, dándoles confianza y apoyo desde el inicio. Ese respaldo puede inspirar a más mujeres a seguir esta carrera, que, aunque exigente, es esencial en cualquier parte del mundo. También contribuiría a mostrar que una carrera exitosa en esta área es posible.

Es clave que se evalúe a las mujeres por sus habilidades, no por su género, edad o nivel de experiencia. Todos debemos tener las mismas oportunidades de alcanzar el éxito.

¿Qué consejo le darías a las jóvenes que quieren estudiar medicina veterinaria, sabiendo los desafíos que pueden enfrentar?

Les aconsejaría que busquen mentores y apoyo en colegas con más experiencia, y que desarrollen habilidades clave como la comunicación y el liderazgo. Que cuiden tanto su bienestar físico como mental. Que se animen a explorar nuevas oportunidades en distintas áreas de la medicina veterinaria. Que demuestren diariamente fuerza y determinación, y que nunca dejen de crecer ni de superarse. Si se lo proponen, pueden lograrlo.