Cuando el virus animal y el virus informático se encuentran
El sector del diagnóstico veterinario siempre ha vivido bajo la amenaza de los virus: contagio rápido, propagación incontrolada, crisis sanitarias… Pero desde hace poco, otro tipo de virus ha entrado en las granjas: el virus informático. Invisible pero igual de temible, sigue la misma lógica que su primo biológico. No es casualidad que ambos mundos compartan el mismo vocabulario: paciente cero, contaminación, propagación, antivirus, gestión de crisis.
Con el auge de la agricultura de precisión – sensores, robots de ordeño, software de seguimiento –, las explotaciones ganan en eficiencia, pero también se vuelven más vulnerables. Un ciberataque puede falsear un diagnóstico, retrasar la detección de una enfermedad o bloquear toda una cadena productiva, del mismo modo que un virus animal puede diezmar un rebaño.
Proteger la salud de los animales significa ahora también proteger los sistemas digitales que los vigilan. Porque, ya sea biológico o informático, un virus no conoce fronteras.
Los riesgos cibernéticos asociados a los datos de salud animal
Cuando se habla de ciberataques, rara vez se piensa en las granjas. Sin embargo, el mundo agrícola y veterinario se ha convertido en un objetivo en sí mismo, y los ataques se multiplican en el sector.
Al igual que los datos de salud humana, los datos de salud animal son valiosos, estratégicos y sensibles. Su compromiso conlleva riesgos importantes:
- Riesgo sanitario: una alteración de la integridad de los datos (por ejemplo, una modificación intencionada de los resultados) o un bloqueo de los sistemas de seguimiento del ganado puede falsear un diagnóstico, retrasar la detección de epizootias o comprometer la gestión de tratamientos. Todo ello con consecuencias directas sobre la salud animal y, por extensión, sobre la salud pública.
- Riesgo económico: la pérdida de trazabilidad —ya sea de datos de rebaños o de archivos de la cadena productiva— o la indisponibilidad de herramientas esenciales para el diagnóstico puede provocar una paralización repentina de la actividad y generar pérdidas considerables. Podemos citar como ejemplo el ataque a un robot de ordeño en Suiza que provocó la muerte de una vaca y su ternero.
- Riesgo reputacional: una filtración de datos sensibles o una campaña de desinformación puede debilitar la confianza de los consumidores y dañar las relaciones comerciales. En un sector donde la transparencia se ha convertido en una garantía de credibilidad, el daño a la imagen puede ser tan costoso como una pérdida material.
Los datos de salud animal son la base de las decisiones sanitarias, económicas y estratégicas. Atacarlos es debilitar todo el ecosistema.
«Una sola salud»: la globalización de los desafíos digitales
El concepto «Una sola salud» recuerda que la salud humana, animal y ambiental están estrechamente relacionadas. En un mundo interconectado, esta convergencia también implica a los datos.
- Fusión de datos, fusión de riesgos: en el futuro, la conexión entre bases de datos humanas y animales permitirá anticipar mejor las epidemias. Pero si la ciberseguridad no se integra desde el diseño, esa interconexión creará una enorme superficie de ataque. Un solo eslabón débil bastará para comprometer el conjunto.
- Fusión de estrategias de protección: hoy, la salud humana lleva ventaja en materia de regulación, gobernanza y protección de datos. El sector veterinario, en cambio, va rezagado. Mientras persista esta brecha, todo el sistema seguirá siendo vulnerable. Es urgente que la salud animal aborde el tema y convierta la ciberseguridad en un componente esencial de su cultura.Proteger los datos animales también significa reforzar la resiliencia global de la salud pública.
Cómo avanzar en la protección de los datos
En los laboratorios y explotaciones conectadas, todo parece bajo control: sensores, software y aplicaciones proporcionan información valiosa de forma continua. Pero basta una avería o una intrusión para recordar que la tecnología nunca es neutral.
Conciencia – El primer paso es tomar conciencia
El sector de la salud animal aún es poco maduro en materia de ciberseguridad. Sensibilizar a ganaderos, veterinarios, cooperativas, industrias y laboratorios es una prioridad. 
Solo mediante la acción colectiva el sector podrá ganar en resiliencia: comprender las amenazas específicas, identificar los riesgos y adoptar buenas prácticas constituye la primera barrera frente a los ciberataques.  
Gobernanza y cultura de la protección de datos
La ciberseguridad no es solo una cuestión técnica: es ante todo una cuestión de gobernanza y cultura. 
Las soluciones existen, pero necesitan ir acompañadas de una voluntad política, un compromiso organizacional y una cultura de protección difundida a todos los niveles: laboratorios, empresas, explotaciones, administraciones. 
Sin esta exigencia colectiva, incluso las mejores herramientas serán insuficientes frente a ciberdelincuentes experimentados.  
Invertir para proteger el futuro
En la era de la inteligencia artificial y los modelos predictivos, los datos se convierten en el combustible de la innovación. Pero estas inversiones solo generarán valor si la seguridad se integra desde el principio. 
La ciberseguridad por diseño ya no es una opción, sino una condición de sostenibilidad.  
Conclusión – Desarrollar la cultura de la protección de datos
Cada año, el sector veterinario y agrícola produce una enorme cantidad de datos de salud animal, cuyo valor científico, económico y estratégico despierta también muchas codicias.
La verdadera pregunta ya no es si ocurrirá un ataque, sino si estaremos preparados cuando ocurra. 
¿Y usted, lo está?  
Puede comenzar reflexionando sobre estas preguntas:
- ¿Conoce el nivel de protección de su organización?
- ¿Sus equipos o colegas saben reconocer y evitar los riesgos relacionados con los datos?
- ¿Estaría preparado para reaccionar si mañana se produjera un ciberataque?
La protección de los datos empieza con estas preguntas simples… y con las respuestas que cada uno decida darles.
The Animal Echo aspira a fomentar la comprensión individual y colectiva de la salud y el bienestar de los animales. Le ofrecemos ideas y opiniones de expertos en salud y bienestar animal de todo el mundo. Las opiniones expresadas en The Animal Echo son las de su(s) autor(es) y no reflejan necesariamente la posición oficial de la OMSA.
 
			 
		 
			 
			 
			