En 2022, un grupo de colaboradores de la OMSA creó el Grupo de Trabajo sobre Género (GTF, por sus siglas en inglés) con el objeto de comenzar a analizar y debatir sobre la relevancia del género para la Organización y sus Miembros. Además de presentar estudios sobre las circunstancias de hombres y mujeres en determinados países (Senegal, Togo y 12 naciones en Asia) y organizar actividades durante la 90.a Sesión General de la OMSA en mayo de 2023 [1,2], el Grupo de Trabajo sobre Género obtuvo financiación de la Fundación Bill & Melinda Gates a través del programa Acción Sistémica para la Igualdad de Género (SAGE, por sus siglas en inglés) para la elaboración de una estrategia de género en 2025. Este artículo explora los fundamentos y beneficios de ese tipo de iniciativa.
Si bien hasta hace poco tiempo, el personal veterinario estaba dominado por los hombres, el sector está cambiando, puesto que las mujeres ahora representan el 80 % del alumnado de las facultades de medicina veterinaria en los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), una tendencia que persiste a nivel mundial [3]. Como consecuencia, el número de mujeres que ingresa en la profesión ahora es superior. Sin embargo, la toma de decisiones sigue estando mayoritariamente en manos de hombres. Por ejemplo, durante las últimas elecciones para la presidencia del período 2025-2028 de los 100 Consejos Provinciales Italianos de Veterinaria, 37 hombres (que representaban el 86 %) fueron elegidos como nuevos Presidentes frente a solo 6 mujeres (14 %). En total, de los 100 Presidentes, actualmente solamente 18 son mujeres y 82 son hombres [4].
En la mayoría de los países, las mujeres siguen siendo las principales cuidadoras de sus familias y se enfrentan a exigencias de tiempo diferentes a las de sus colegas masculinos. Las necesidades de las madres de niños de corta edad, sobre todo, son diferentes de las de sus colegas masculinos quienes también son padres. Las expectativas culturales de que las mujeres de todo el mundo sean cuidadoras afecta a su capacidad para participar plenamente en su lugar de trabajo (asistiendo a eventos sociales después del trabajo, asumiendo responsabilidades adicionales que pueden implicar horas extra o viajes a lugares distantes, así como estudiando y formándose continuamente). Si bien las normas culturales rigen el papel de los hombres en la sociedad, de manera general se espera que sean los principales proveedores del hogar. Por consiguiente, es más probable que los hombres asuman más responsabilidades en el trabajo, sean seleccionados para formaciones adicionales, se les permita una mayor movilidad y se les ofrezca más oportunidades de establecer contactos.
Estas diferencias afectan la apreciación y la comodidad que sienten las mujeres en el lugar de trabajo, lo que obliga a las empresas a hacer cambios estructurales, como implementar licencias por maternidad, garantizar la seguridad laboral de las mujeres al regreso de una licencia y autorizar horarios de trabajo flexibles para que las mujeres puedan atender las necesidades de cuidado infantil. Algunas necesidades son más prácticas: por ejemplo, abordar la falta de vestuarios adecuados para las mujeres [5], las preocupaciones por la seguridad de las mujeres cuando trabajan hasta tarde o en lugares remotos, por no mencionar el mayor riesgo de zoonosis para las mujeres [6]. Además, existen pruebas de que las profesionales y paraprofesionales de veterinaria sufren de discriminación debido a que empleadores y agricultores dudan de su capacidad para atender animales más grandes [7]. Las necesidades de las mujeres, si no se atienden, pueden llevar a una segregación ocupacional, puesto que más mujeres son orientadas hacia o eligen empleos en clínicas privadas en zonas urbanas. Esta situación también puede conducir a una escasez de profesionales de veterinaria en las zonas rurales, como se demostró durante una misión de seguimiento de las Prestaciones de los Servicios Veterinarios (PVS) en Sri Lanka en 2024 [R. Srivastava, comunicación personal, 2024]. En última instancia, esta realidad tiene repercusiones significativas en la gestión de la sanidad animal en las zonas rurales, donde se concentra la mayoría del ganado. La solución no es simplemente atraer a más hombres a la profesión para hacer frente a la escasez de mano de obra rural, sino hacer que las principales partes interesadas en la sanidad animal (incluyendo universidades, escuelas de veterinaria, servicios veterinarios y proveedores privados) documenten y enfrenten los diferentes retos.
Cada vez más investigaciones demuestran los distintos papeles que desempeñan hombres y mujeres a lo largo de las cadenas de valor ganaderas [8,9]. Las pastoras asumen activamente la función de buscar servicios de sanidad animal y, en términos más generales, las mujeres son esenciales para garantizar la seguridad alimentaria del hogar. Sin embargo, a pesar del papel vital que desempeñan las mujeres en la cría de animales, muchos estudios indican que tienen dificultades para acceder a los servicios de sanidad animal [9]. Más allá del género, otros factores como la edad, el estado civil y la posición que ocupan en el hogar también influyen en la propiedad del ganado por parte de las mujeres, su participación en la toma de decisiones y su acceso a los recursos, incluidos los servicios de extensión, la información de mercado o el apoyo financiero [10,11]. Aunque la investigación en este campo aún está en sus inicios, los datos disponibles son reveladores.
Por ejemplo, un estudio en Kenia sobre la adopción de la vacuna contra la fiebre de la Costa Este reveló marcadas diferencias entre los hogares encabezados por hombres y los encabezados por mujeres, con tasas de adopción del 41 % y el 19 % respectivamente [12]. Esta disparidad se atribuyó a las desigualdades en materia de género, como el acceso limitado de las mujeres a la educación, las finanzas y el poder decisorio. Asimismo, según un estudio en Uganda, a pesar de ser cuidadoras clave de los pequeños rumiantes, las mujeres tenían menos probabilidad de acceder a información sobre las vacunas [13]. Por otra parte, la investigación sobre la industria ganadera en América Central y del Sur ha puesto de relieve que las mujeres desempeñan un papel fundamental en la ganadería, señalando que ignorar este papel puede repercutir negativamente en la eficiencia y la sostenibilidad del rebaño [14]. Estos estudios subrayan la importancia de abordar la gestión de la sanidad animal a través del prisma del género.
Más allá de los ganaderos, las diferencias en los niveles educativos entre hombres y mujeres se han identificado como un factor que puede influir en la sensibilización sobre la resistencia a los antimicrobianos (RAM). Por ejemplo, un estudio exploratorio realizado en Camboya reveló que el 74 % de los productores había oído hablar de la RAM, en comparación con solo el 38 % de las productoras. El mismo estudio concluyó que las disparidades entre hombres y mujeres en el conocimiento y el comportamiento con respecto al uso de antibióticos también estaban influidas por el contexto y otros factores interseccionales, como los niveles de pobreza y la lejanía geográfica [15]. Por otra parte, un estudio provincial realizado en Vietnam reveló que, si bien la mayoría de las personas que se dedican a la venta de medicamentos eran hombres, el trabajo de asistentes de ventas era a menudo realizado por mujeres de la familia con poca educación, las cuales estaban menos capacitadas para brindar orientación adecuada sobre vacunación o administración de medicamentos.
En conjunto, estos estudios destacan no solo el impacto directo de las desigualdades en materia de género en la gestión de la sanidad animal, sino también la importancia del contexto. Factores como la pobreza, la ubicación geográfica, los recursos financieros y el acceso a la educación determinan profundamente la manera en que las disparidades entre hombres y mujeres influyen en los resultados en el sector de la sanidad animal. Los estudios también señalan la acuciante necesidad de disponer de datos más completos para fundamentar la elaboración de políticas con base empírica.
El perfil de los profesionales de la sanidad animal está evolucionando y cada vez hay más datos científicos que demuestran las repercusiones económicas, sociales y medioambientales negativas de descuidar las dimensiones relativas al género en la gestión de la sanidad animal. Especialistas de «Una Salud», por su parte, también reclaman una mayor atención a las consideraciones de género [16,17,18]. El creciente acervo de conocimientos sobre la manera en que el género afecta la eficiencia y la eficacia de las intervenciones (como las campañas de vacunación [7] o las intervenciones contra la RAM [19]) representa una oportunidad para que la OMSA y sus Miembros incluyan de forma más visible las dimensiones relativas al género en su trabajo. La estrategia de género de la OMSA, que se elaborará en 2025, servirá como una herramienta fundamental para que la OMSA y sus Miembros logren el objetivo de ofrecer un acceso más igualitario a los servicios de sanidad animal, de conformidad con el mandato de la Organización. En paralelo al futuro 8.° Plan Estratégico de la OMSA, la estrategia de género ayudará a consolidar el trabajo y el impacto de la Organización.
Traducido del original en inglés.
[1] Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA). Identifying Priorities Related to Gender in the Animal Health Sector. París (Francia): OMSA; 2023. Disponible en: https://bulletin.woah.org/?p=24557 (consultado el 4 de febrero de 2025).
[2] Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA). World Café on Gender: hosted by the WOAH Gender Task Force. París (Francia): OMSA; 2023. 14 p. Disponible en: https://doc.woah.org/dyn/portal/index.xhtml?page=alo&aloId=43484&espaceId=100 (consultado el 4 de febrero de 2025).
[3] Castro F. Navigating Gender Dynamics: The Realities and Hopes for Women in Veterinary Medicine. Liverpool (United Kingdom): The Webinar Vet; 2025. Disponible en: https://thewebinarvet.com/blog/navigating-gender-dynamics-the-realities-and-hopes-for-women-in-veterinary-medicine (consultado el 31 de enero de 2025).
[4] Assemblee elettorali 2024 – avvisi di convocazione ed esiti. Rome (Italy): Federazione Nazionale Ordini Veterinari Italiani; 2024. Disponible en: https://www.fnovi.it/node/50944 (consultado el 25 de enero de 2025).
[5] Manisha G, Suman RS, Singh BP, Pawale SS. Constraints Perceived by Women Veterinarians to Render their Services at Field Level in Telangana State. Indian Res J. Ext. Edu. 2024;24(1):104-7. Disponible en: https://api.seea.org.in/uploads/pdf/2024-78-104-107.pdf (consultado el 15 de diciembre de 2024).
[6] Cataldo C, Bellenghi M, Masella R, Busani L. One Health challenges and actions: Integration of gender considerations to reduce risks at the human-animal-environmental interface. One Health. 2023;16:100530. https://doi.org/10.1016/j.onehlt.2023.100530
[7] Serra R, Ludgate N, Fiorillo Dowhaniuk K, McKune SL, Russo S. Beyond the Gender of the Livestock Holder: Learnings from Intersectional Analyses of PPR Vaccine Value Chains in Nepal, Senegal, and Uganda. Animals (Basel). 2022;12(3):241. https://doi.org/10.3390/ani12030241
[8] Food and Agriculture Organization of the United Nations (FAO), International Livestock Research Institute (ILRI), International Fund for Agricultural Development (IFAD), World Bank. A Framework for Gender-Responsive Livestock Development. Contributing to a world free from hunger, malnutrition, poverty and inequality. Rome (Italy): FAO; 2023. 46 p. https://doi.org/10.4060/cc7155en
[9] Buluma C, Kamel N, Foelster J. Bridging the gender gap in animal health services as a resilience pathway: Insights from pastoralist communities in Ethiopia and Kenya. Supporting Pastoralism and Agriculture in Recurrent and Protracted Crises (SPARC) Knowledge; 2024. Disponible en: https://www.sparc-knowledge.org/news-blog/blog/bridging-gender-gap-animal-health-services-resilience-pathway-insights-pastoralist (consultado el 10 de diciembre de 2024).
[10] Farnworth CR, Kantor P, Kruijssen F, Longley C, Colverson KE. Gender integration in livestock and fisheries value chains: emerging good practices from analysis to action. Int. J. Agric. Resour. Gov. Ecol. 2015;11(3-4):262-79. https://doi.org/10.1504/IJARGE.2015.074093
[11] Kinati W, Temple EC, Baker D, Najjar D. Small ruminant value chain and empowerment: a gendered baseline study from Ethiopia. Front. Sustain. Food Syst. 2023;7:1165792. https://doi.org/10.3389/fsufs.2023.1165792
[12] Jumba H, Kiara H, Owuor G, Teufel, N. Are there gender differences in access to and demand for East Coast fever vaccine? Empirical evidence from rural smallholder dairy farmers in Kenya. J. Agric. Rural Dev. Trop. Subtrop. 2020;121(2):219-31. https://doi.org/10.17170/kobra-202010191970
[13] Acosta D, Ludgate N, McKune SL, Russo S. Who Has Access to Livestock Vaccines? Using the Social-Ecological Model and Intersectionality Frameworks to Identify the Social Barriers to Peste des Petits Ruminants Vaccines in Karamoja, Uganda. Front. Vet. Sci. 2022;9:831752. https://doi.org/10.3389/fvets.2022.831752
[14] Triana N, Burkart S. Gender and the cattle sector in Latin America: recent trends in literature. Cali (Colombia): International Center for Tropical Agriculture (CIAT); 2019. 12 p. Disponible en: https://hdl.handle.net/10568/106845 (consultado el 5 diciembre de 2024).
[15] Pham-Duc P, Sriparamananthan K. Exploring gender differences in knowledge and practices related to antibiotic use in Southeast Asia: A scoping review. PLoS One. 2021;16(10):e0259069. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0259069
[16] Barasa V. A one health approach to tackling AMR and why gender matters: findings from pastoralist communities in Tanzania. Front. Glob. Women’s Health. 2024;5:1429203. https://doi.org/10.3389/fgwh.2024.1429203
[17] Galiè A, McLeod A, Campbell ZA, Ngwili N, Terfa ZG, Thomas LF. Gender considerations in One Health: a framework for researchers. Front. Public Health. 2024;12:1345273. https://doi.org/10.3389/fpubh.2024.1345273
[18] Garnier J, Savic S, Boriani E, Bagnol B, Häsler B, Kock R. Helping to heal nature and ourselves through human-rights-based and gender responsive One Health. One Health Outlook. 2020;2:22. https://doi.org/10.1186/s42522-020-00029-0
[19] Campbell ZA, Nguyen-Thi T, Terfa Z, Nguyen TVA, Bui VQ, Vu XT, Kawarazuka N. Gender, livestock, and antimicrobial resistance through the eyes of veterinary pharmacists – A case study from Thái Nguyên Province, Vietnam. International Livestock Research Institute; 2023. 8 p. Disponible en: https://cgspace.cgiar.org/server/api/core/bitstreams/ab16f1c2-b13b-4851-bede-cac9e3acb834/content (consultado el 13 de diciembre de 2024).