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Análisis

Sanidad de la Fauna Silvestre

Tiempo de lectura: 8min

Enfermedad y recuperación en la vida silvestre

recovery in wildlife_a group of monkeys grooming themselves_a form of social healing

publicado el

12/09/2025

escrito por

Escritor principal

Abigail Schoup

Abigail es doctoranda en la Universidad de Massey en Aotearoa/Nueva Zelanda. Es investigadora en el enfoque “Una sola salud” y actualmente estudia la transmisión ambiental del parásito Toxoplasma gondii en relación con la conservación de especies amenazadas.

David Hayman

El profesor Hayman es un ecólogo especializado en enfermedades infecciosas, cuyo trabajo integra la fauna silvestre, la salud humana y los cambios ambientales. Dirige investigaciones sobre zoonosis, los sistemas de “Una sola salud” y la salud global.

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Los animales silvestres, al igual que los animales domésticos y los seres humanos, están constantemente expuestos a organismos que causan enfermedades. Bacterias, virus, parásitos, hongos y priones infectan a la fauna en todo el mundo, aunque sus efectos a menudo pasan desapercibidos. Mientras que algunas infecciones patógenas provocan enfermedades evidentes y muerte, otras pueden causar pocos signos, afectar solo a algunos individuos o incluso persistir silenciosamente en animales aparentemente sanos. Comprender cómo las enfermedades afectan a las especies silvestres — y cómo estos animales combaten, ocultan o se recuperan de la infección — revela tanto la resiliencia de la fauna como las complejas relaciones entre los hospedadores y los patógenos.

Los patógenos tienen el potencial de infectar a varios animales hospedadores, pero las diferentes especies no siempre presentan la enfermedad de la misma manera. Por ejemplo, la influenza aviar, o gripe aviar, es un virus que puede causar infecciones tanto asintomáticas como sintomáticas en aves silvestres. Un animal puede enfermar al exponerse a otros animales infectados o a ambientes contaminados con el virus. Tras la exposición, la enfermedad puede manifestarse de forma notablemente distinta en cada hospedador. En gansos y patos silvestres, un ave puede estar infectada sin mostrar señales claras de enfermedad, lo que constituye una infección asintomática. Sin embargo, otras aves, como pelícanos, cormoranes y playeros rojizos, son más propensas a mostrar signos evidentes de enfermedad —incluyendo dificultad para respirar, volar o mantener el equilibrio— y también pueden morir por la infección. Estas especies experimentan una infección sintomática, lo que significa que el virus causa señales claras de enfermedad. Aunque todas estas especies están infectadas por el mismo virus, la enfermedad resultante se presenta de forma muy distinta entre animales, reflejando diferencias en la susceptibilidad del hospedador y la patogenicidad de la infección.

Evitar a los depredadorespor qué los animales silvestres ocultan los signos de enfermedad

Incluso cuando los animales padecen infecciones que causan una patología evidente, es posible que no sea obvio que están enfermos. Cambios de comportamiento como inactividad, somnolencia y fiebre son signos fácilmente reconocibles de enfermedad. Si bien estos comportamientos pueden ayudar al cuerpo del animal a combatir los patógenos, no siempre son beneficiosos para un animal que intenta sobrevivir en la naturaleza. Los signos visibles de enfermedad pueden hacer que un animal enfermo parezca débil y, por lo tanto, un blanco fácil para los depredadores. Para evitar atraer esta atención adicional, muchos animales silvestres ocultan los signos de enfermedad y se comportan como si estuvieran sanos. Este fuerte instinto de evitar la depredación puede llevar a la ocultación de síntomas, haciendo que, en ocasiones, la enfermedad sea prácticamente invisible en la vida silvestre. 

Los animales silvestres están frecuentemente expuestos a patógenos, pero los efectos de la infección no siempre son evidentes, ya que tanto individuos como especies responden de diferentes maneras. Mientras algunos individuos pueden sucumbir a la enfermedad, muchos han desarrollado adaptaciones fisiológicas y de comportamiento que les permiten recuperarse y sobrevivir incluso bajo presiones infecciosas significativas.

recovery in wildlife_mountain goat sleeping under a tree
Defensas naturales contra las infecciones

Al igual que las personas, los animales silvestres pueden recuperarse a menudo de enfermedades gracias a una variedad de mecanismos fisiológicos y de comportamiento que han evolucionado para ayudarlos a sobrevivir a las infecciones. Sin embargo, a diferencia de los humanos o de nuestros animales domésticos, generalmente no tienen acceso a tratamientos médicos o veterinarios.

La primera línea de defensa incluye barreras físicas y químicas —como la piel, las plumas, las membranas mucosas y el ácido estomacal— que impiden que los patógenos entren en el organismo. Si estas barreras se ven superadas, el sistema inmunológico ofrece protección adicional mediante respuestas tanto innatas como adaptativas. El sistema inmunológico innato actúa rápidamente y de forma no específica, empleando células como los fagocitos y las células asesinas naturales para detectar y destruir microbios invasores. El sistema inmunológico adaptativo monta entonces una respuesta más dirigida, produciendo anticuerpos y células de memoria que reconocen y eliminan patógenos específicos. En conjunto, estas defensas trabajan de manera coordinada para eliminar la infección y restaurar la salud del animal una vez que el patógeno ha sido controlado o eliminado.

El desafío de las infecciones latentes 

En algunas enfermedades, una respuesta inmunológica eficaz conduce a la recuperación cuando el patógeno es eliminado del cuerpo del hospedador. En otros casos, el patógeno no es completamente eliminado y entra en un estado latente o inactivo, permaneciendo en el organismo sin causar una enfermedad activa. Esta condición, conocida como infección latente, puede persistir durante largos periodos mientras el sistema inmunológico mantiene al patógeno bajo control. Muchos virus atraviesan períodos de latencia, durante los cuales la replicación viral es mínima o inexistente. La recuperación con infección latente puede darse en algunos animales de sangre caliente tras la infección por el parásito Toxoplasma gondii, causante de la toxoplasmosis. En respuesta a esta infección, el sistema inmunológico del hospedador limita la replicación del parásito, lo que restringe su propagación en el organismo. A su vez, el parásito pasa aun estado inactivo, formando quistes tisulares de bradizoítos que pueden persistir durante toda la vida del hospedador. Este estado enquistado representa una adaptación evolutiva que beneficia tanto al parásito como al hospedador: el hospedador evita una enfermedad grave, mientras que el parásito sobrevive sin ser detectado y conserva la posibilidad de transmitirse a nuevos hospedadores. Como resultado, muchos animales pueden recuperarse de la fase aguda de la toxoplasmosis mientras permanecen infectados de forma crónica. 

Cambios de comportamiento y automedicación 

Aunque el sistema inmunológico desempeña un papel fundamental en la recuperación, los animales también pueden modificar sus comportamientos para favorecer la curación e incluso acelerar el proceso de sanación. Si bien la mayoría de las pruebas de automedicación en animales son circunstanciales, ejemplos en numerosas especies sugieren que los animales silvestres pueden, en ocasiones, tomar en sus propias “manos” su recuperación.

Recientemente, investigadores observaron a un orangután de Sumatra herido que se automedicó con una sustancia vegetal que él mismo preparó para tratar una lesión en el rostro. El orangután recogió hojas de plantas con propiedades medicinales conocidas, las masticó y luego aplicó el jugo y las hojas masticadas directamente sobre la herida como si fuera un ungüento. Este comportamiento de auto-tratamiento permitió que la lesión sanara por completo y que el orangután se recuperara de una herida significativa. Observaciones como esta, y otras en diferentes especies, sugieren que los animales pueden mostrar comportamientos específicos para automedicarse y así recuperarse más rápidamente tras una enfermedad o lesión. 

En resumen, millones de años de evolución han dotado a los animales silvestres de una variedad de adaptaciones fisiológicas y de comportamiento que les permiten recuperarse de enfermedades mientras enfrentan numerosos desafíos sanitarios simultáneamente. Al convivir con una diversidad de virus, bacterias, protozoos y hongos — tanto beneficiosos como dañinos —, así como con peligros no infecciosos, los animales silvestres se enfrentan continuamente a estas presiones y las superan.

Esta resiliencia frente a las enfermedades es una característica fundamental de la vida silvestre, no un rasgo exclusivo de los seres humanos.

Main featured image: ©Unsplash/Adriano Mescia
Supporting image: ©Unsplash/Sascha Pfyl

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